lunes, 26 de diciembre de 2016

Hace mucho que no escribo en "las ruedas de la vida", pero eso no significa que no tuviera nada que decir. Lo que pasa es que no he encontrado el momento de sentarme a compartir con vosotros mis reflexiones que parten de anécdotas de mi vida, como ya habréis podido apreciar aquellos que alguna vez me han leído.

Estos últimos dos años han pasado muchas cosas. Entre ellas, he vuelto a vivir y ahora estoy recuperando el tiempo perdido. Tantos años dando vueltas y vueltas, soñando y soñando, convencida de alguna manera de que esto pasaría.


Todo empezó cuando la naturaleza me habló y me dijo que me fuera con él y que no hiciera caso a los moscardones, al principio me costó, no hacer caso a los moscardones digo, pero ahora que puedo decir que lo he conseguido, me fascino. Me fascino.

Me fascina la mano generosa y la voz sincera que ha hecho remover tantas cosas en mí. Estoy dejando de ser un poco catoblepas y poco a poco, voy irguiéndome, dejando atrás la cruz de la ignorancia, dejando atrás la cruz de los que no me han apreciado, dejando atrás la corona de laurel, y poco a poco, voy mejorando la técnica.


Así que espero que algo se haya notado en estas pocas palabras y también espero que lo disfrutéis y os deleite.











sábado, 29 de noviembre de 2014

Caminos

Caballero rodante, no padezca; que si tu dicha es buena, tendrás aquello que tanto anhelas.

viernes, 7 de noviembre de 2014

Primer encuentro - El bosque

Me adentro en el bosque buscando un lugar. Cada paso es un gracias, cada paso es nuevamente un gracias y otro más y otro. Me paro en un sitio y doy las gracias por estar allí. Por permitirme entrar después de tanto tiempo ignorándote. Que no decidas ser rencoroso y abrazarme como si no hubiese pasado nada. Celebro que por fin estamos juntos. Un sentimiento inmenso me inunda de que así será por mucho tiempo.

lunes, 3 de noviembre de 2014

La quinta noche. La poza.

Con la luna acunada por un loto de nubes y los grillos vibrando con un brío particular, cogidos de la mano, bajamos a la poza. Han pasado cuatro días desde la llegada al Bierzo. Y hoy es el momento exacto. Mi cuerpo tiembla. Nos desviamos siguiendo el riachuelo hasta llegar a la poza donde no se oye nada. ¿Quizá sepan que he venido a decir algo, y me permiten el turno de la palabra? Con el encendido de una vela empieza la oratoria y con el canto da por concluida. Una nana que llega más lejos de lo que la mente puede llegar a analizar. Seres del bosque quedan en paz. Y nosotros, en cambio, eufóricos. Pasados los días lo recuerdo y lo siento. Momento eterno, sin principio ni fin.

domingo, 14 de septiembre de 2014

Día 3: La morera

Llego a la morera, la saludo y me siento. Al rato visualizo la morera muy jovencita. Comparte los días con una familia que vive en una casa al lado de ella. Tienen dos hijas que corretean por el prado. Me levanto y me acerco a los muros de la ermita. Miro a la morera y me dice, "ves estos muros, están hechos con amor" Camino alrededor de ella, y puedo ver como me convierto en una de esas niñas, corriendo, libre, saludando al sol. Me dice más: no hagas caso a los moscardones, sé tú misma, vas a conocer a mas gente como tú, un día formarás una...

viernes, 12 de septiembre de 2014

Una semana en el Bierzo - PRÓLOGO





Ahora que se alejan los días, después de nuestro amoroso encuentro. Ahora y siempre. No podré vivir de cualquier forma. Me abristeis vuestros brazos, mis queridos castaños. Me dejasteis beber vuestras aguas, a través de pozas frescas, de tormentas agitadas, de riachuelos llenos de minerales, puros. Me permitisteis comer vuestros frutos, jugoso el frutal del tejo, ciruelas, cerezas... Compusisteis una melodía preciosa, cada día, corzos, grillos, aves, para recomponer mi cuerpo. ¿Cómo es posible seguir viviendo, sino es a vuestra vela?




martes, 26 de agosto de 2014

Agosto en Alacant.

Agosto no es un mes que me apasione. De hecho, miro hacia atrás y siempre me ha parecido Agosto un túnel que se va estrechando cada vez más. Me siento como los árboles cuando tienen que desprenderse de sus hojas, de sus vestidos, y lo aceptan, aceptan que ha de ser así para luego volver a lucir su bonita belleza verde, verde esperanza.

Si esos seres, que me ayudan a respirar, pueden sobrevivir a esos cambios constantes, quizá yo deba de aprender de ellos y confiar que un día llegará septiembre. Mi mes preferido del año. Y pondré toda mi energía a relucir. Y me llamaréis entonces Luz. Y nunca más posaréis vuestra ignorancia en la cruz del sufrimiento que ya no me pertenece.

Por lo tanto, este mes es mi calvario. Zigzagueando hasta ver por fin la claridad y sentir en mi piel el viento de la libertad.


Este mes he descubierto pequeños rincones alicantinos. Los rincones alicantinos suelen ser lugares donde encuentras pequeñas cosas colocadas con cierta coquetería, con capricho y siempre te suelen pillar sola, de tal forma que no puedes confirmar si realmente fueron sueños o no.