Estar centrado es la clave del éxito.
El 31 de mayo realicé la XXI Marcha Potríes-Elche. Rondando los 150km y los 2000 metros positivos. Pasamos por el río Serpis y cruzamos la sierra Agullent donde ya no nos libramos de la lluvia hasta Biar. Un bonito contraste después de realizarla en solitario en sentido contrario hace un mes.
En Biar comimos y empiezo a visualizar un objetivo, llegar de las primeras. Casi al final de la comida, se ve a la gente como se prepara ungüentos, cremas y artilugios anti lluvia. Mis compañeros, Ángel y Gonzalo, no parece importarles, sólo quieren una taza de café.
Prácticamente salimos los últimos, no me preocupa. Mi objetivo ya está trazado y no hay cabida para más reflexiones.
En la primera subida, paso a unos cuantos, en la bajada otros tantos. Me resulta un juego, algunos intentando cortarme el paso, otros se alegran de que he descabalgado, "qué pena" dice. Vuelvo a montarme en la bici y sigo, centrada.
Cada vez los pelotones se hacen más difíciles de pasar y no hay rastro de las chicas. Hasta que ya pasado Monóvar localizo a una y parece ser que es la primera. Lucha por su puesto pero consigo pasarla aunque de últimas me equivoco de camino y consigue llegar la primera. No importa el resultado.
Ese día recordé lo importante que es estar centrado. Y, para ello, tienes que sentir pasión por lo que haces, de alguna forma u otra, es un sueño que se viene repitiendo desde pequeños y que nunca cambia.
Algunos no saben distinguir entre ilusión y sueño. Yo los veo así. La ilusión es un truco de magia y los trucos de magia consisten en distraerte para que no veas lo que realmente está sucediendo. En cambio, un sueño, es algo que se te repite tanto dormido como despierto, durante toda la vida, y en tus manos está convertir ese sueño en realidad.
Yo me he propuesto vivir la realidad, me han dicho que es dulce y que siempre es sorprendente, supera a la imaginación y es infinita. Allá voy. Centro mi atención en ello.
Para cerrar el relato, comparto con vosotros un dibujo de aquel día para que quede constancia.
