martes, 12 de noviembre de 2013

Pre etapa: Aterrizaje forzoso. Mis primeras caídas.


Planear: moverse o descender sin motor un avión, valiéndose de las corrientes de aire.


La vida no consiste sólo en despegar. Éso es nada más que el principio. Una vez alzado el vuelo, tienes que saber planear, si no es posible que se produzcan aterrizajes forzosos.

Por aquel entonces, se puede decir que no paraba, si no salía con la bici era porque me iba a nadar o a correr o ambas cosas. Sin darme cuenta estaba acumulando cansancio.

LLegaron las primeras caídas. Una de ellas, acabé en urgencias, cinco puntos en el codo, no podía flexionarlo por lo tanto, no swimming, no cycling, y correr..., el caso es que también me dí un buen golpe en la rodilla derecha por lo tanto me dolía al amortiguar. Además, no me cosieron bien y lo que pudo ser una semana se convirtió en dos.






Mi impotencia, mi impaciencia, me comían por dentro, pero aprendí que el tiempo siempre está a tu favor y retomar el vuelo no se hace tan difícil una vez que ya lo has hecho anteriormente.


Una vez recuperada de mi caída. De nuevo montada en la bici. Y, de nuevo, otro aterrizaje forzoso, esta vez un buen rasguño que lo que pudo durar cuatro días, duró una semana. Se me infectó, tuvieron que limpiar la herida y dejármela en carne viva de nuevo.





Me preguntaba, cómo algo que podía durar menos lo hacía yo más complicado y lo alargaba más. Bueno, yo soy de esas personas que pienso que todo va conectado, y tengo que mencionar también mis baches emocionales.


Casi sin darme cuenta, no me importaba lo más mínimo, por un momento, no me importaba curarme porque sentía que a nadie le importaba. Últimamente gente entraba y salía de mi corazón sin permiso y estaba entrando en un estado de hermetismo. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario